En los comienzos de su carrera, José María Larrondo estuvo vinculado a la nueva figuración sevillana, destacando por su estilo personal e inclasificable. Ha sabido compaginar el peso y la realidad del lienzo (lección aprendida de la modernidad que reivindica la tela y su superficie) con la magia del trampantojo, capacidad simbólica de la pintura entendida como truco óptico que perturba la mente y nos lleva a preguntarnos qué es fingido y qué es real, tanto en el cuadro como en la vida.
Sin alejarse nunca de la figuración, la otra gran influencia en su trabajo es el Barroco, como bien apuntara Michel Hubert Lépiouche, en una pintura conceptual y polisémica, que da juego a múltiples interpretaciones.
José María Larrondo siempre ha reflexionado sobre las condiciones que afectan al arte y al hombre, prestando un interés especial a las relaciones que existen entre las manifestaciones plásticas y la sociedad.
Su visión de la pintura se entronca con las de la actual diáspora de los estilos, teniendo como estilo y lema característico su preferencia hacia las perspectivas altas y las vistas de pájaro. La astucia de Larrondo consiste en controlar el lenguaje que utiliza, en dosificarlo y dotarlo de la esbeltez de cuadros como Protocolo o Bricolage.
Su pintura siempre ha sido un ejercicio de malabares para intentar asociar aquello que en apariencia es banal con algo que es sorprendente, con el fin de otorgar a sus imágenes de una parte cerebral y otra poética.
A pesar de toda la ambigüedad y el carácter especulativo que tienen sus obras, desde sus comienzos en Sevilla, de la Galería Genis, hasta la itinerancia por México, Argentina y España de Nadador en la tormenta, patrocinada por el Ministerio de Asuntos Exteriores en 2005, José María Larrondo ha sido fiel a sus principios artísticos y personales. La figuración y la referencia conceptual marcan todas sus épocas, sólo diferenciadas por el gesto de la pincelada, los fondos neutros y el uso del color. La narración, la metáfora, la transgresión y la relevancia del título siempre han constituido un denominador común.
Formado en Sevilla, ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas. A finales de la década de los ochenta expone individualmente con la Galería Juana de Aizpuru en Sevilla y Madrid. Ha expuesto en Amsterdam, Copenhague, Roma, Eindhoven, Lisboa, Barcelona, Madrid, Buenos Aires, y un largo etcétera. Estando también una parte importante de su labor dedicada a los trabajos públicos, muchos de ellos murales. Desde hace muchos años es profesor de pintura en la facultad de BBAA de la Universidad de Salamanca.